Editado por The Flash CO

"Solo tenemos una vida y mi mejor receta para la faceta laboral es abordarla con audacia, con entrega y, siempre, basada en una relación honesta entre personas."

Entrevista

Javier Amezaga, Director Corporativo en Eroski

Javier es cercano y afable. Un gran conversador. Una de esas personas capaces de comunicar, escuchando primero. Es mezcla de respeto y de audacia resulta inspiradora. Porque no solo habla de valores. Los practica con inteligencia, al igual que su buen sentido común. Todo lo que Javier piensa, dice y hace, sitúa a las personas en el centro de cualquier ecuación. Ese es el estilo que promueve Javier. Un estilo, el suyo, que no es fruto de sus cualidades como directivo. Javier, sencillamente, es así.

Kaixo Javier, ¿Qué tal estás? Después de tanto tiempo, y 2 años de pandemia, teníamos muchas ganas de hablar contigo.

Estoy muy bien, gracias. Con suerte en lo que tiene que ver con la pandemia. Porque estoy rodeado, como todos, de positivos, aunque afortunadamente, con síntomas leves o asintomáticos. Pero mi mujer y yo no los hemos pasado ¡de momento!

 

La pandemia y sus consecuencias han sido impresionantes, Javier...

Es así, ha sido una ruptura de las tendencias realmente única en la vida. Los que tenemos unos añitos ya podemos constatar que no hemos vivido nada parecido que haya generado esta ruptura, ni en general ni en nuestro sector. Y, ya ves, ahora nuevamente viviendo algo que jamás habríamos querido ni creído vivir: una guerra en Europa.

"La pandemia ha sido una ruptura de las tendencias realmente única en la vida."

¿Cómo lo vivisteis en una empresa de distribución como Eroski?

El momento inicial fue, pufff, dramático probablemente es la palabra. Teníamos a miles y miles de personas sin mascarillas, sin ningún tipo de protección, atendiendo a millones de personas que iban a comprar a las tiendas. Trabajadores y clientes se sentían indefensos. Pero, como sector esencial, teníamos que hacerlo así, y lo hicimos.

Mientras tanto estábamos buscando en todos los confines del mundo sistemas de protección, sin saber muy bien cómo teníamos que protegernos: con mascarilla, con guantes, con pantallas… dudando hasta no tener conocimiento de la forma de transmisión de este “bicho”.

Eso fue tremendo. Con una tensión inédita de la cadena de suministro, desde nuestros fabricantes hasta nosotros mismos. Y los clientes acaparando algunos productos de manera irracional. Esas semanas fueron tremendas, fueron 2 ó 3 meses difíciles de controlar.

Pero también es cierto que, a partir de ahí, a partir de que se tiene cierto control sobre las cosas, lo que va quedando es que hemos tenido unas ventas más elevadas de lo normal. Porque nuestro sector es, precisamente, el consumo en el hogar. Por eso, en 2020 tuvimos unos resultados elevados, así que esa fue la otra cara de la moneda.

"Eso fue tremendo. Con una ruptura inédita de la cadena de suministro, desde nuestros fabricantes hasta nosotros mismos."

¿Y 2021?... se suponía que esto ya se calmaba un poco…

Pues como el Guadiana. Ha habido momentos que sí, momentos que no, momentos que no se sabe. Luego llega Ómicron y se ha montado la que se ha montado…

Desde hace muchos años, nosotros tenemos una iniciativa que denominamos Días Rojos, que significa que las personas que estamos en la estructura central, alrededor de 1000 personas, estamos emplazados a ir a colaborar a las tiendas. Colaborar en las tiendas significa arremangarse y reponer producto, y actividades similares.

En las semanas navideñas lo hicimos con carácter voluntario, pero luego llegó esta nueva ola y afectó a muchas personas, dejando las tiendas con dificultades, y por eso decidimos hacerlo casi todas las personas de la estructura central.

Somos una cooperativa, y podemos decidir cambiar nuestros puestos de trabajo en esta situación extraordinaria. Creo que otras empresas tendrían difícil adoptar una decisión así. Fuimos 700 personas, algunas part time y otras full time, en función de cada actividad. Otras 300 personas se quedaron manteniendo la actividad básica. Imaginad las personas que están en el mundo del transporte, en el mundo del aprovisionamiento, o en el mundo de la actividad comercial que va cambiando con las ofertas cada día. Todo eso, lógicamente, había que mantenerlo. Es el core del negocio.

Yo, por ejemplo, entre un periodo y otro he estado cuatro semanas trabajando en tienda: reponiendo por las mañanas de 7 a 2 de la tarde, y luego trabajando en casa en mis funciones habituales.

"Nosotros tenemos una iniciativa que denominamos Días Rojos, que significa que las personas que estamos en la estructura central (...) estamos emplazados a ir a colaborar a las tiendas."

 Menos mal... hay empresas que han tenido crisis de mano de obra.

Sí, sí. En nuestro caso ha sido lo mismo, y esta decisión nos ha ayudado muchísimo. Aunque olvidándome ahora de los 2 años de pandemia, este programa voluntario lo venimos haciendo desde hace años para equilibrar mejor la sobrecarga de trabajo con más personas, excepcionalmente, pero también para demostrar que esto es de todos y que, si en un momento se produce una erupción de actividad, todos estamos ahí.

¿Y qué tal en las tiendas?

La verdad es que lo he disfrutado. En esta ocasión he estado en dos tiendas, una es un pequeño hipermercado con 2.500 metros de sala de venta, esencialmente de alimentación, típica de una cabecera de comarca. Estuve francamente a gusto. Y en los últimos 20 días estuve colaborando con el supermercado que está en el centro del pueblo en el que vivo. Un supermercado de 1.000 m2 de sala de venta, que vende mucho, y que tenía un problema de desbalance de recursos en esos momentos. Compartí el trabajo con personas que no conocía, claro, de los que unos cuantos eran chavales de 20 ó 25 años, recién contratados para atender esa situación.

¡¡Y de repente llega a la tienda uno de los jefes!!

Bueno, yo he preferido no contar nada sobre eso. Simplemente, Javier se incorporaba como otras personas, a colaborar en una situación muy complicada. Lógicamente, la responsable de la tienda y sus colaboradoras directas lo sabían, pero les pedí que no le dieran ninguna relevancia.

¿Alguna cosa que te haya llamado la atención de todos esos días arremangándote?

Sinceramente, lo que más me ha “tocado” ha sido la manera de la despedida. Te vas despidiendo de cada persona. Yo me quedo muchísimo con las caras y los nombres de las personas. Y la verdad es que he recibido un montón de mensajes de feedback positivos. Muy satisfecho. Mucho.

La despedida me ha tocado un poquito y me ha reforzado. Porque la manera de ser respetuosa, cercana, escuchando… esa es mi manera de ser, creo. Es la que me gusta y es la que me retribuye. Eso es lo que he recibido de feedback. Por tanto, me voy con una experiencia estupenda.

¿Y en el plano empresarial?

He tenido una sensación doble. Por un lado, nuestra red de tiendas está mucho mejor ahora que hace dos años, en cuanto a sus procesos operativos y su control.

Por otro, seguimos teniendo mucho por mejorar, ¡lo que es una suerte!

Y, como siempre, me quedo con las personas y su capacidad inmensa de aportar. He vuelto a comprobar que tenemos heroínas y héroes al frente de nuestras tiendas. Además, he conocido a un montón de personas, desde gente de mi quinta hasta chavales de 20 años muy interesantes.  Demuestran, claramente, que pueden aportar mucho más de lo que les pedimos. Les estamos pidiendo que hagan “esto”, y con lo que tienen en su cabeza, en su corazón, en sus vivencias podrían aportar muchísimo más. Ese sigue siendo un reto de futuro.

"Nuestra red de tiendas está mucho mejor ahora que hace dos años, en cuanto a sus procesos operativos y su control."

Vasco…

… y de Santurtzi.

A la izquierda del Nervión, ¿verdad?

Sí, toda esa parte del gran Bilbao es un entorno industrial, y lo era muchísimo más cuando yo nací. Si miras el mapa desde Bilbao hacia el Cantábrico, la margen izquierda es la industrial. Y la margen derecha es la residencial. Yo nací en la izquierda.

"Si miras el mapa desde Bilbao hacia el Cantábrico, la margen izquierda es la industrial. Y la margen derecha es la residencial. Yo nací en la izquierda."

En la tierra del acero y en medio del ocaso industrial

Sí, justo allí y en ese proceso de cambio. Como tú bien dices, en los 80, durante mi adolescencia y juventud desaparecen unas cuantas industrias. Algunas acaban desapareciendo un poquito más tarde, pero empiezan a languidecer entonces. Se queda tocada de muerte toda la industria naval. Con dos grandes empresas en Sestao y Bilbao. En una de ellas, había trabajado mi padre durante 40 años. Desaparece, también, Altos Hornos de Vizcaya. Aunque muere unos años más tarde. Desaparece también una empresa del mundo del acero que se llama Babcock Wilcox y, así, unas cuantas más. Efectivamente fue un desmantelamiento de todo ese entorno industrial.

Y entras en Ingeniería…

Sí, en 1985 entro en la Escuela Superior de Ingenieros Industriales de Bilbao, la que está al lado de San Mamés, un centro muy conocido y referente. Era una época dura. Ese año, muy cerca de allí, en el puente de Deusto había gente con tiragomas tirando piedras y tuercas enormes, a veces con fuego. Hay imágenes de aquella época que son casi bélicas.

Y tú, erre que erre con la ingeniería… ¿Qué te dijo tu padre?

Sí entré en ingeniería porque efectivamente estaba en un mundo industrial y era lo que tenía sentido.  Arquitectura también me picaba mucho, pero al final decidí no hacerla. Medicina no me atraía, así que tiré por la ingeniería. Y la especialidad mecánica, la más fabril y exigente de todas.

A mi aita le encantó mi decisión de Ingeniería Industrial. Sí, sí. Muy parecidos mi padre y yo.

"Entré en ingeniería porque efectivamente estaba en un mundo industrial y era lo que tenía sentido."

¿Y cómo ha sido tu trayectoria profesional en general?

Solamente tengo tres experiencias laborales. La primera, de unos cuántos meses como ingeniero recién titulado. La segunda, de un año, también como técnico. Y la siguiente, los 29 años que llevo en el Grupo Eroski.

De ingeniero, entonces, poco o nada

Mi primera experiencia fue en un Centro de Investigación cercano a la escuela de ingenieros que se llama Labein. Hice el proyecto de fin de carrera y continúe unos cuántos meses más.  Salté de allí y fui a una empresa pequeña del mundo de la forja. Ahora suena lejano, pero en aquel entonces era un sector pujante, centrados en la cadena del automóvil.

Si miráis el PIB de la democracia solo tiene 3 valles: el catastrófico de la pandemia, el también catastrófico de Lehman Brothers, en forma de W, y uno mucho más suave en el año 92, que es justamente cuando yo accedí al mundo laboral.

Además, justo ahí, el sector de la forja vivió otra gran crisis por la aparición de materiales sustitutivos del acero, como los plásticos.  

 

Y de repente, a Eroski

Aquella empresa de forja era una cooperativa de la Corporación Mondragón y era difícil que su proyecto tuviera continuidad, con lo cual, a mí me ofrecieron saltar y me propusieron Eroski.

"Del mundo industrial al mundo de la distribución alimentaria. ¡Un cambio inesperado!"

¿Qué crees que vieron en ti?... que de repente, haces carrera en un negocio de servicio y orientado consumo

Básicamente, ellos buscaban talento joven para el mundo de la cadena de suministro y las plataformas de distribución. De hecho, son lo más parecido a una fábrica, aunque no se transforma el material. Desde entonces llevo 29 años en el Grupo Eroski, en 3 grandes fases.

La primera, durante 14 años, en el mundo de la cadena de suministro. La segunda, otros 14, desempeñando tres direcciones generales diferentes. Y la tercera, la que acabo de comenzar en la dirección corporativa, que es una posición de backoffice, con perfil institucional, más senior, en la que tengo responsabilidades de administración en las principales filiales del Grupo Eroski.

Javier, llevas siendo senior desde que eras junior

¡Jaja! Lo cierto es que he ido asumiendo retos importantes siendo más joven de lo que habría sido habitual en cada caso. Entré en Eroski a punto de cumplir 26 años, en una posición de número dos del responsable de una plataforma de distribución de productos frescos.

"He ido asumiendo retos importantes siendo más joven de lo que habría sido habitual en cada caso. Entré en Eroski a punto de cumplir 26 años"

Y con menos de 30 años ya empiezas con un perfil de management...

Con 29 años entro como gerente de la plataforma de distribución que está aquí mismo, en Elorrio, junto a nuestra sede central. Se trataba de un centro con 500 personas y 600 millones de euros de facturación. Era el año 1996.

¿Cómo fue la experiencia?

Fue un periodo intenso y muy enriquecedor. En 2002, solo 6 años más tarde, nos dieron la “Q de plata” que es un reconocimiento del Gobierno Vasco en el modelo de gestión EFQM. En aquella época no había muchas empresas con ese nivel.

Hicimos una transformación muy relevante. Pero no fue una transformación tecnológica. Fue una transformación, esencialmente, basada en las personas. En la forma de organizarse las personas, poniendo la confianza como punto central y desarrollando un modelo de autogestión que solo puede producirse en un modelo de elevada confianza mutua. Y funciona muy bien.

"Hicimos una transformación muy relevante. Pero no fue una transformación tecnológica. Fue una transformación, esencialmente, basada en las personas."

 

Javier Amézaga

Ahí de ingeniería, nada de nada...

Así es. Salí de la escuela de ingenieros hace ahora 31 años y como ingeniero no habré trabajado más de un año y medio. Todo lo que he hecho, desde entonces, estaría más cerca de lo que hoy entenderíamos como ADE, Administración y Dirección de Empresas. Lógicamente, me he formado también para ello, en este caso en ESADE.

¿Cómo podríamos replicar el modelo Javier? ¿Qué le aconsejarías a los jóvenes que están accediendo al mundo laboral?

Es una pregunta difícil de responder, porque depende absolutamente de quién y cómo sea esa persona. Por lo tanto, no vale para nada la recomendación que voy a dar si esa persona no tiene la capacidad, la fuerza y los arrestos adecuados.

Si los tiene, mi recomendación es que tire para adelante, “porque tienes más capacidad, más formación, más recorrido del que eres capaz de darte cuenta que tienes”.

Como he dicho, siempre que esa persona, efectivamente, tenga mimbres, capacidades. Y valores, que son esenciales y se olvidan en demasiadas ocasiones. Con arrestos y arrojo para tirar hacia adelante. Hay muchas personas con 29 años de esas características. Muchísimas. Yo les diría que tiren para adelante confiando en sus capacidades, en su potencia, en su buen sentido común.

Esto me recuerda una anécdota. Siendo aun muy joven en mi carrera, un buen amigo que me lleva unos cuantos años, me dijo: “Tú tira para adelante. Simplemente, aplica el sentido común que te he visto aplicar siempre”. Yo creo que cuando se trata de una persona con capacidad, con valores, con empuje… pues ¡tira para adelante! Tira para adelante, porque puedes.

"Yo creo que cuando se trata de una persona con capacidad, con valores, con empuje… pues ¡tira para adelante! Tira para adelante, porque puedes."

¿Cómo narices aprendiste catalán?  

¡Ah!, estudiando, estudiando y estudiando.

¿Estudiaste catalán, de verdad?  

Sí, claro, sí. Me puse a estudiar en serio. Era una decisión evidente. Cuando hicimos el proceso de integración de Caprabo teníamos un plan de negocio con seis retos. A uno de ellos le habíamos llamado “catalanidad”. ¿Y qué había detrás de catalanidad? Así entendíamos temas de cultura, de idioma y, por supuesto, temas de producto, de apoyo al sector productor local, también temas de relación con instituciones… Por eso, era absolutamente coherente que el primer ejecutivo hablara catalán con normalidad. Y lo que hice fue poner a mi alrededor todo en catalán.

A Nuria, mi asistente, le dije: “háblame solo en catalán”. Y me dijo, “¿pero, sabes algo? No, no tengo ni idea, Força Barça, pero tu háblame solo en catalán, y verás qué rápido empezamos a entendernos”. Prensa en catalán, radio en el coche en catalán y, en cuanto pude liberar mi mente, cogí a una profesora muy cañera, muy académica. Y, sinceramente, aprendí muy bien. Hablaba muy bien catalán, todavía lo mantengo razonablemente bien y han pasado 11 años.

"Era absolutamente coherente que el primer ejecutivo de Caprabo hablara catalán con normalidad. Y lo que hice fue poner a mi alrededor todo en catalán. "

¿Te desplazaste a vivir a Cataluña?  

Mi mujer no viajó, se quedó en Bilbao. Yo estaba allí, habitualmente de lunes a viernes. Viajaba el lunes prontito y volvía el viernes a la noche. A veces, venía mi mujer algunos fines de semana y nos quedábamos en Cataluña.

 

¿Aprovechaste algo de tiempo para bucear allí?  

No, la vida laboral era demasiado intensa y no pude incluir eso en mi agenda. Creo que, si volviera ahora, sí lo haría.

 

¿Qué significado tiene el buceo para ti, Javier?   

Es mi pasión, y buceo siempre que puedo. Aprendí hace casi 20 años, en Fuerteventura, simplemente probando una actividad diferente. Pero con los años se ha ido convirtiendo en mi mayor hobby. Siempre que puedo, condiciono mis vacaciones para poder bucear y siempre me resulta relajante y fantástico.

"Siempre que puedo, condiciono mis vacaciones para poder bucear y siempre me resulta relajante y fantástico."

Un proyecto vital tan intenso… ¿Qué has sacado de todo esto?  

Es el periodo en el que más he crecido profesionalmente.

Los dos periodos en realidad, los seis años que estuve en la plataforma de distribución, con 29 años y 500 personas en el centro, y los tres años dirigiendo Caprabo, con 40 años recién cumplidos y miles de personas en la empresa. Fue un proyecto enorme, integrándolo en un Grupo de 35.000 personas.

¿Cuál es la clave en un proceso de integración tan importante?  

Bueno… me resultaría difícil concretar una sola. Me saldrían un montón de cosas. Pero, insisto, lo que realmente recuerdo con más cariño es la relación y la actuación con las personas. Creo que es absolutamente fundamental.

Me acuerdo, en ese periodo de Caprabo, que un grupito de personas de la estructura central de Elorrio viajó durante un período provisional como grupo de enlace para dar soporte en las diferentes disciplinas de la empresa. Estaban llamados a hacer de rótula entre Caprabo y Eroski. Recuerdo que yo solía usar en mis mensajes dos diapositivas igual de importantes. Una de ellas, con las funciones que había que desempeñar, y la otra era la que yo he llamado siempre en mi carrera “nuestro estilo”, con las conductas que creía debíamos demostrar: un estilo implicado, un estilo trabajador… Y una de esas conductas era la humildad, como siempre he transmitido. La humildad es la manera de que la otra persona con la que trabajas te permita interactuar. Si vas arrogante, si vas pisando, nada funcionará.

La otra parte ya ha sido comprada, ya está en una situación muy delicada. Tú eres el que debe demostrar generosidad y escuchar. La otra persona es la que sabe, tú no tienes ni idea. Puedes conocer muy bien tu realidad, pero no tienes ni idea del otro.Y ese estilo humilde, creo que funciona. En mi opinión, es una condición sine qua non para que las transformaciones se produzcan.

"Tú eres el que debe demostrar generosidad y escuchar. La otra persona es la que sabe, tú no tienes ni idea. Puedes conocer muy bien tu realidad, pero no tienes ni idea del otro."

"La humildad es la manera de que la otra persona con la que trabajas te permita interactuar. Si vas arrogante, si vas pisando, nada funcionará."

 

Javier Amézaga

Habías abordado tanta complejidad anteriormente...

Sí había hecho otras actuaciones de cierta complejidad, pero no una cosa tan “brutal” como esta. Es mi mayor experiencia en integraciones. La abordé haciendo caso de lo que me decía aquel amigo.

Será un recuerdo que te acompañe toda la vida, me imagino...

Sí, imborrable. Hace poquito, tuvimos la visita institucional del President Pere Aragonés, y volví a coincidir con docenas de personas que no veía desde hace años. Fue un día muy especial. Recibí un montón de cariño, de cercanía, y tuve una cierta sensación de reconocimiento por haber hecho las cosas de una manera determinada y propia. Y estoy muy contento.

Y la integración fue en un periodo de inestabilidad económica y crisis financiera  

Esto empezó en septiembre de 2007, y Lehman Brothers estalla a finales de septiembre 2008. Tengo una anécdota curiosa de ese momento. Al inicio del mes de septiembre de 2008, reuní al equipo de managers, unas 80 personas, la cúpula de la organización. El mensaje central era que el cambio había terminado, y a partir de entonces el enemigo estaba fuera, en el mercado. Había que pelear contra el de fuera, no luchar dentro. Pero, días más tarde, estalló la crisis, el mundo cambió y todo se puso patas arriba.

El momento ahora es otro, ¿verdad?   

Bueno, la situación no tiene nada que ver. Fíjate, estamos hablando de más de una década después. Lo que viene ahora es un proceso de aceleración de la transformación. Durante años hemos ido más lentamente porque los recursos que podían destinarse a capex eran muy limitados. La caja estaba principalmente destinada a repagar deuda. Afortunadamente, ahora nuestra deuda es la cuarta parte de lo que era hace 12 años y por tanto tenemos una capacidad mucho mayor para destinar recursos a otros fines. Y Caprabo es prioritario, muy prioritario.

Y ahora, sumáis a un nuevo socio en la aventura

Nosotros estamos muy contentos. Por un lado, el perfil del socio es de tipo patrimonialista, y hemos firmado un acuerdo muy satisfactorio. Además, las personas con las que trabajamos son grandes profesionales y nos aportan mucho.

Javier, están pasando cosas en el sector. La adquisición intersectorial que hizo Amazon comprando WholeFoods, la reciente apuesta de El Corte Inglés adquiriendo la cadena de supermercados Sánchez Romero, la aceleración del comercio electrónico, la aparición de los nuevos operadores digitales de última milla…   

Nosotros creemos que sí, que es un momento de cambio en el sector. El mercado está en un proceso de transformación y, además, están entrando fondos de inversión en bastantes compañías. Nosotros estamos cada vez con más fuerza, y vamos a poder hacer más cosas que las que podíamos hacer hasta ahora.  

¿Qué elementos seguirán provocando transformaciones en el sector?   

Mencionaré estos elementos. Por una parte, por supuesto, todo lo digital es un eje de trabajo y de transformación enorme. No me siento capaz de proyectar en qué medida, hasta qué nivel va a cambiar las cosas, pero seguro que lo hará de manera inmensa. Luego hay otro factor, conectado con lo digital, que es el fenómeno de la última milla de entrega. Aparecen modelos que entregan el pedido en tu casa ¡en minutos! Y lo hacen perdiendo mucho dinero en esas operaciones, pero lo hacen y alguien sigue invirtiendo dinero en ello como lo hacían otros en Amazon hace 25 años. Por otra parte, las materias ESG – lo medioambiental, lo social y el buen gobierno – son tendencias que están calando en la sociedad y también llegan a nuestro sector. Por último, me gustaría pensar que el último eje de transformación es la experiencia de cliente.

"Todo lo digital es un eje de trabajo y de transformación enorme (...) me gustaría pensar que el tercer eje de transformación es la experiencia de cliente."

¿Cuál está siendo vuestra apuesta?

Hay tal corriente de eficiencia, de digitalización y de hacerlo todo instantáneo, que yo creo que sigue habiendo un espacio relevante para trabajar en la experiencia de cliente y la relación entre personas. Para trabajar en ese producto que, cuando entras por la tienda, te entra por los ojos y por todos los sentidos. Esas son las cosas que hacen que, un rato más tarde, cuando sales por la línea de cajas y te sonríen abiertamente, no quieras ir a otro sitio. Quieres repetir porque además de llenar tu carro de la compra y encontrar un buen producto, has pasado unos minutos que te han resultado agradables y con una buena experiencia.  Yo creo que es una cuestión que todavía va a seguir teniendo recorrido para la transformación. Nuestros últimos modelos comerciales van en esa dirección, muy fundamentalmente en productos frescos, en productos locales, y los clientes nos responden muy bien.

¿Y estáis innovando en esta linea?

Estamos haciendo muchas cosas interesantes, aunque me gustaría que fuéramos más audaces y que apostáramos más en esa dirección. Es cierto que nuestro sector funciona con márgenes muy estrechos, pero eso debe ser un acicate para apostar cada vez más por las personas y el talento.

"Nuestro sector funciona con márgenes muy estrechos, pero eso debe ser un acicate para apostar cada vez más por las personas y el talento."

¿Os habéis planteado buscar otro tipo de socios para coinvertir en nuevo talento y startups?    

Hemos hecho cosas, aunque modestas, sinceramente, a pequeña escala, no de una manera que cambie significativamente la velocidad de la transformación. Pero sí, es una línea abierta en todo caso.

Javier, para terminar, si tuvieras que inspirar a todas las personas que nos leen, que dirías...

Bueno, siempre es difícil… Mis recomendaciones surgen de mi experiencia. Solo tenemos una vida y mi mejor receta para la faceta laboral es abordarla con audacia, con entrega y, siempre, basada en una relación honesta entre personas.

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